martes, 29 de noviembre de 2016

Estudiar para decidir y viceversa



Realmente son pocas las personas que, desde muy pequeñas, tiene bien claro lo que quieren estudiar profesionalmente, o más, bien a lo que quiere dedicarse para ser alguien, ganarse el sustento o simplemente tener el oficio que les agrade y con el que puedan sostenerse.

Porque muchas veces no importa el dinero, y si no me creen, pregúntenle por ejemplo a un escritor que aún no es famoso o a un periodista que no tiene horario estelar en la televisora de mayor raiting en el país. Verdaderos casos de amor al arte.

Pero muchos de esos profesionales viven tranquilamente y hacen lo que les gusta, así que para decidir qué quiere uno estudiar no es sólo importante ver el futuro económico, sino más bien el gusto por lo que se hace.

Es común que aún en medio de la adolescencia o cuando ya se está por pasar esta etapa y tomar la decisión trascendental aún no tengas claro qué quieres estudiar. Más allá de una orientación vocacional, que sin duda ayuda, hoy quiero compartir unos tips que a mí me ayudaron mucho a tomar la decisión para la carrera que tengo.

-Hay que ver no sólo las opciones de estudio sino el campo de trabajo y las opciones para desempeñarte. Creo que ya he comentado el caso de un amigo que -sin juzgar si fue la mejor decisión- tomó la carrera de comunicación en vez de la de literatura; decía que era ‘más fácil’ colocarse en el mercado de trabajo de la comunicación que en el de las letras, y bueno, le funciona.

Además, puede ser que te guste la medicina, pero que no quieras directamente diagnosticar, sino investigar, entonces hay que buscar esa opción, aunque siempre tendrás la parte teórica. Un amigo le gusta el campo de la comunicación, pero no quería ‘salir al aire’, así que se dedicó a escribir guiones para programas de radio, y le va bien.

Si aplicamoseste principio, ‘al revés’... pueden gustarte mucho las matemáticas, apasionarte, pero si estudias una licenciatura en esta ciencia, lo más probable es que tu destino profesional sea la docencia y si esta no te agrada, pues…

-El segundo paso es, entonces, buscar los estudios que te llevarán hasta donde quieres estar, una vez que has definido dónde te ves laborando, dentro de 4 o 5 años que termines tu preparación académica. No es descabellado que, si te gusta el medio ambiente, quieras trabajar en la ONU o Greenpeace, pero ¿qué áreas cubren estas organizaciones?

-En el mismo tenor del consejo anterior, hay qué preguntarse qué piden las empresas; esta podría ser una buen opción para decidir si aún no tienes claro el campo de trabajo que quieres explotar, pero si ya lo tienes, entonces la respuesta se acerca más a lo que te decíamos antes: ‘sé de esta empresa, por ejemplo Google, y quiero trabajar en ella’, la pregunta es entonces ¿qué busca -profesionales- esta firma?

-De manera general, hay que tomar en cuenta que lo más demandado es:

Ingenierías industrial, informática, técnica industrial.
Ciencias económicas, administrativas (administración de empresas)
Tecnologías de la Información y Comunicación
Telecomunicaciones
Informática y computación
Tecnología
Relaciones humanas y desarrollo organizacional

-Específicamente, según el departamento de Estado de Estados Unidos, los ‘puestos’ más demandados en el mercado de trabajo de ese país, sólo para darte una idea son:

Enfermería, directores de operaciones, desarrolladores de software, medicina y cirugía, auditores y técnicos contables, analistas de sistemas y programadores, profesores, abogados, conductores de vehículos pesados, vendedores, e ingenieros en obras civiles y ambientales.


¿Te ayuda todo esto a pensar a dónde quieres llegar, dónde quieres o con quién deseas desarrollarte?

lunes, 21 de noviembre de 2016

La mejor compañía



Un buen amigo siempre decía: ‘No es lo mismo estar sólo que estar a solas’, la diferencia, explicaba, es que en el primer caso, es una percepción, una sensación, un sentimiento. El segundo es una decisión que nos permite pasar tiempo con nosotros mismos.

Además, en realidad, uno nunca está completamente solo: las personas está ahí, cerca, aunque no las veamos, aunque ése es tema de otro post; lo que cuenta hoy es que la soledad, bien ‘servida’, bien tomada, puede resultar benéfica como cualquier actividad positiva por sí misma a la que le sacamos el mayor provecho.

No está de más decir que estamos en una era en que el contacto social es mayor, aunque no es físico; generalmente se da a través de redes sociales virtuales, gracias a la tecnología. Pero estamos en medio de conversaciones constantes, de grupos de trabajo, de intercambio frecuente de información.

Así que el contacto social es intenso, y entre trabajo, reuniones y actividades familiares, además de reuniones con la gente que nos rodea, ¿te acuerdas cuándo fue la última vez que pudiste tener un ‘contactocon tu ‘yo’ interno sin que un mensaje de celular te interrumpiera?

Por supuesto, se trata de darse momentos, no aislarse completamente durante mucho tiempo, porque el tener espacios para nosotros mismos nos puede ayudar, según los expertos, de varias maneras.

Para empezar, las personas que tienen mucho contacto con personas durante mucho tiempo, tienden a desarrollar más estrés porque tratan con diferentes personalidades, y deben siempre estar en constante adaptación, así que tomarse tiempo para dar un paseo con un mismo siempre ayudará a ‘recargar’ energía.

Independientemente de la personalidad -si se es extrovertido o introvertido-, el estar con uno mismo ayuda a aclarar la mente, a pensar con más claridad en cualquier asunto que tengamos en la mente. Además, si estamos en situaciones desestresantes como frente al mar y contemplamos el paisaje, incluso oxigenaremos mejor el cerebro.

Es cierto que estar rodeados de personas siempre motiva y estimula la creatividad, pero también es cierto que en la soledad uno es capaz de conectarse mejor con las ideas, con la propia creatividad y también surgen proyectos importantes y grandes empresas.

Como en todos los casos, se cree que los jóvenes que pasan mucho tiempo solos son más propensos a deprimirse, y es cierto que en algunos casos el ‘aislamiento’ no es lo más recomendable en edades en las que ‘lo naturalo común sea el ‘salir’ y hacer amigos. Sin embargo, los jóvenes que tiene más tiempo -moderadamente- consigo mismos, tiene menos tendencia a la depresión.

Aún en las actividades que se pueden hacer solos, hay personas que comparten gustos, por ejemplo, la lectura; así que, aunque se trata de estar solo de vez en cuando, no está mal compartir ciertas actividades como pasa con la meditación, el yoga o incluso la lectura. De cualquier modo, el asunto es encontrarse con uno mismo.

Actualmente, hay casos de empresas exitosas que, antes de encontrar la sinergía, antes de unir’ las piezas de un proyecto grande, procuran que cada uno de sus creativos trabaje solo, a fin de que explote al máximo su individualidad y, luego, unida al conjunto sea haga un verdadero trabajo en equipo.

Como ves, estar a solas no es malo si se hace con la conciencia de que se busca algo positivo y de que se quiere conectarse con lo más profundo de uno mismo. Haz la prueba, y verás que nos siempre la soledad es tan mala consejera.


jueves, 17 de noviembre de 2016

Empiezas bien, terminas bien





Comentábamos hace algunos ‘temas’ o ‘post’ que cuando algo empieza de una manera es difícil revertirlo porque, primero, tenemos que ser conscientes de que está yendo por donde no queremos: hablo, por ejemplo, de cuando empezamos nuestro día de prisa.

Muchas veces no somos conscientes de que estamos haciéndolo todo rápido, de que vamos en una marcha que parece prueba contrarreloj, de que literalmente parece que el mundo se a acabar a las 8 de la mañana, y de que llegaremos nunca temprano a donde vamos.

Vaya, hasta desayunamos rápido sin saborear lo poco o mucho que tenemos de alimento, un buen café o té, su aroma… la fruta fresca… aaah, se me hace agua la boca... (creo que  no debo escribir entre comidas, ja ja… es broma).

¿Cómo crees que pueda ir nuestro día así si no acelerado? ¿Crees que esto puede disparar emociones negativas como ansiedad?

Resulta que luego de empezar así el día, nos vemos en situaciones como dificultad para concentrarnos, sobresaltos a cada momento y por todo, dolor de cabeza, de estómago, abdomen ‘inchado’ -producto de gastritis (inflamación de estómago) o colitis (inflamación del colon)... y eso si nos “va bien”.

… porque también puede ser que esa “ansiedad” salga en forma de “tics” (movimientos repetitivos e involuntarios de alguna parte del cuerpo), constantes ganas de ir al baño y hasta mareos…

Cuando tienes alguno de estos síntomas o todos, no quiero preocuparte pero puedes estar al borde del pánico. La pregunta es ¿por qué llegar hasta ahí? Bien, no es que sea necesariamente voluntario, pero no es esperes que algo que no va bien llegue hasta el extremo ¡detente!

Aquí algunas formas de ayudarte:

Hay fuentes de estrés ‘innecesarias’: ¿por qué es tono tan ‘incómodo de despertador que parece que grita o que algo se está quemando’?
No te levantes de golpe, sin pensarlo, sin tomar aire y, por qué no, ligeramente estirar tus brazos y piernas y respirar profundamente.
De ser necesario, para no correr, levántate un poco más temprano. Escucha esto: puede “costar” un poco de trabajo, pero los beneficios son muchísimos.
En ese momento, puede ser que alguna actividad que haga sentirte bien o feliz: adelante, entonces: ¿escuchar tu música preferida? ¿Disfrutar un buen café?
Los ejercicios de meditación y respiración profundas ayudan muchísmo a que tu sangre circule y tu cuerpo se oxigene. Igual el yoga. Tómate entre 10 y 15 minutos y si no tienes idea de qué puedes hacer, no está de más que consultes con un experto.
Recuerda la programación neurolingüística: pensar positivo, llenarte de formas asertivas de hablar, ahora sí que “nunca un ‘no’” aunque pueda sonarte paradójico. Recuerda que los pensamientos serán como el alimento de tu bienestar, así que ¡desayuna algo ‘rico’ algo positivo!
Por supuesto -y no es que haya ‘pensado al revés’- es que quería cambiar un poco el orden: todo lo anterior no funcionará al 100 por ciento si no hay un buen descanso. Analiza si duermes bien, si descansas, si te levantas con sensación de pesadumbre. Si es así y no logras encontrar la causa, recuerda que actualmente hay mucha literatura y ayuda para contrarrestar los trastornos del sueño. El descanso importantísimo.

Si aplicas estas pequeñas “herramientas” es mucho más difícil que tu día se torne complicado, porque tendrás mente mucho más alerta y abierta para ir resolviendo todo lo que se presente.

Nadie está exento de que las situaciones que previó cambien, pero esto no debe ser motivo de ansiedad sino de aprendizaje, de oportunidad para probar nuestras formas de pensar y actuar para ir siempre por la vida con una actitud positiva que ¡a nadie le beneficia más que a ti!

martes, 8 de noviembre de 2016

Aprender vocabulario positivo






Aprender vocabulario positivo

Uno de los temas fundamentales en el aprendizaje del inglés es, indudablemente, el vocabulario porque es obvio que sin nombrar las cosas es difícil comunicarse; no imposible, claro está, pero para cuando queremos aprender otro idioma, como en este caso el inglés, necesariamente tenemos que saber llamar las cosas por su nombre.

En cualquier idioma, siempre será más ‘fácil’ encontrar una relación física entre ‘nombre’ y ‘cosa’, es decir, entre, por mencionar un ejemplo, ‘silla’ y ‘ese artefacto de 4 patas que en el que nos sentamos a comer’.

¿Por qué pasa cuando intentamos ‘nombrar’ ‘cosas’ que ‘no existen’, por ejemplo, un sentimiento? Digamos el más común: el amor. No sólo es difícil de definir’ por el mismo hecho de que es tan complicado para los seres humanos -aunque debería ser lo más sencillo- sino porque no es algo que podamos ‘tocar’.

En términos simples, no es ‘físico’, no es tangible como lo es ‘botella’, ‘llaveo ‘automóvil’...

No es que eso sea distinto en el inglés; hice el comparativo con el aprendizaje de un idioma, porque para mí es mucho más fácil expresar así a lo quiero compartir hoy contigo, a lo que quiero llegar, pues…

Sucede que siempre será difícil ‘nombrar’ aquello que no vemos, por eso quizás también sea complicado porque no nos enseñan, por ejemplo, a nombrar nuestros sentimientos y nuestras emociones; antes, al contrario: nos enseñan a no expresarlas.

Con frecuencia nos preguntan “¿cómo estás?” y tan ‘automática’ es la pregunta, como ‘automática’ la respuesta: ¡Bien!, ¿pero qué significa bien? ¿Contento? ¿Tranquilo? ¿Emocionado por un ascenso de trabajo, por ejemplo? ¿Gustoso?

Nombrar las emociones, sin duda, no es una tarea fácil, pero es bien importante hacerlo; eso es a lo que actualmente llaman resilencia, y de la que hemos hablado en otros post.

Claro, claro, no quiero decir con esto que a todo el mundo le digamos nuestra vida, sobre todo si estamos en un momento poco favorable, si atravesamos un momento de tristeza, pero esto -decir qué sentimos- sí cuenta cuando estamos frente a personas que quieren ayudarnos, por ejemplo, un profesor que nos pregunta cómo nos sentimos hablando el nuevo idioma.

Tal vez si somos capaces de decir ‘temoroso’, el profesor sea capaz de darnos técnicas para revertir esa emoción ¿no crees?


Ahora bien, ése es sólo un ejemplo, en una situación específica, y en un contexto particular, pero, en la vida en general, lo que ocurre si somos capaces de nombrar nuestros sentimientos y emociones y de comunicarlos a nadie más -si no lo deseamos- que a nosotros mismos es que nuestra posibilidad de controlarlos será mejor.

¿Y para qué queremos controlarlos? Simplemente porque nuestro estado anímico depende en gran medida de estas emociones de todos los días”.

Recordemos que aún las emociones positivas pueden tener efectos negativos: si estamos muy emocionados podemos actuar impulsivamente; y esto se entiende con un ejemplo bien simple: como estamos muy contentos con el trabajo que tenemos queremos hacer de todo sin importar cuántas horas pasemos en la oficina, y trabajar de más puede no ser del todo positivo ¿me copias?

Yo te pongo un ejemplo simple: ¿has notado que cuando alguien se emociona, ‘aprieta’ más fuerte en un abrazo? No, no, no es que esto se malo, es que demuestra que uno puede no medir” y lastimar físicamente a la otra persona, aún sin quererlo.

Entonces, vayamos un poco más hacia la resilencia, aprendamos sobre la identificación y el manejo de las emociones, el resultado te sorprenderá ¡te lo dice quien lo ha probado!