Es importante tener en cuenta, siempre, que en este mundo
competido la creatividad es la forma más inteligente de salir adelante porque
hay ya tantas cosas que se han hecho que es cada vez más difícil encontrar un nicho.
Estoy hablando, por supuesto, del emprendedurismo, de la
capacidad de generar un negocio o empresa que pueda ofrecer una mercancía o
servicio que tenga alta demanda.
Muchas veces, como hemos comentado ya, el éxito no se basa en el dinero que podamos
tener u obtener. Por ahí escuché una
vez una frase, inconclusa a propósito para llevar a la reflexión: ‘Si tus sueños dependen del dinero...’
En lo particular, yo la completaría así: ‘... entonces son sólo eso:
sueños’... Y cada quién
podría completarla como quisiera, pero el caso es que no podemos basar nuestro
proyectos sólo en cuestiones monetarias.
Sé que muchos
proyectos dependen de los recursos, pero éstos no siempre son monetarios ¿estamos de acuerdo? Bueno, quizás
no, pero te voy a dar un ejemplo de cómo ‘combinar’
dos cosas que aparentemente no están tan interconectadas, pueden tener un éxito en el emprendedurismo.
Hace ya unos dos o tres años, una japonesa que estaba en busca
de crear un negocio, entrevistó a unas 200 mujeres de su país.
Independientemente de lo que en particular encontró, la mayoría de las
respuestas coincidía en algo: las damas quería poder comunicarse con los
extranjeros.
¿Qué harías tú,
pensando en un modelo de negocio?
En el caso del hombre que nos ocupa, pensó en que el mejor
idioma para comunicarse con gente de fuera sería indudablemente el inglés ¿y crees tú que lo ‘inmediato’ fue crear
un método nuevo de inglés o un curso específico para
mujeres?
Bueno, no específicamente: lo que hizo fue crear un lugar al
que las mujeres pudieran llegar y practicar esa conversación; como todo esto
también estaba relacionado
con el deseo de las mujeres de interactuar en cuestión sentimental con los
extranjeros creó un café temático en el que la atención
estaba a cargo de ‘mayordomos’.
Los que buscaba la propietaria era explotar la principal ‘demanda’ de las mujeres: charlar en
inglés, pero también darle un ‘plus’, darle algo a las damas que les
resultara novedoso e interesante a la vez.
Independientemente de la decoración victoriana, que busca hacer
de las mujeres unas auténticas,
reinas, el bueno trato de los meseros extranjeros y su oportunidad de
interactuar con las mujeres dio el éxito
al negocio.
En ese sentido, la propietaria también explotó un atractivo que tienen los
hombres occidentales entre las mujeres japonesas, y no únicamente por lo que
puede ser el atractivo físico: las damas expresaron que, sobre todo, les
gustaba el trato que los extranjeros les daban.
¿Esto te da una idea de lo que la creatividad y el inglés pueden lograr en tu vida?