El estrés no
siempre tiene síntomas evidentes; generalmente, lo “experimentamos” cuando “somatizamos”
algún problema o cuando, por ejemplo, no podemos dormir, pero lo cierto es que
puede “aparecer” en cualquier
momento o circunstancia.
Lo que sí sabemos que si estamos estresados podemos cometer
errores que luego nos cuesta trabajo corregir, no importa si es en el ámbito
laboral o en el personal; a veces “reaccionamos”
ante situaciones adversas que, sin estrés, no “tomaríamos” de la misma forma.
Por eso, aunque todo aprendizaje en materia de desarrollo
humano, siempre es producto de una práctica constante, como cuando estudiamos
para aprender otro idioma o para tocar la guitarra, hay algunas herramientas
que pueden ayudarnos a salir rápido
del problema.
En este caso, lo que hará que podamos “combatir” el estrés
en un tiempo mínimo, será la
práctica de algunos pasos que hoy quiero compartir contigo; pero recuerda
siempre nuestra recomendación general -la que incluso damos a nuestros amigos
que aprenden inglés con
nosotros-: la práctica hace al maestro.
Acompáñame
entonces revisar estas sencillas pero efectivísimas acciones que te mantendrán
con un nivel bajo de estrés y
que, por ende, te permitirán un mejor desempeño en todos los ámbitos de la
vida, incluido el aprendizaje -que es el que nosotros.
1.- Tómate un tiempo para levantarte. No me refiero al clásico “cinco minutos más, por favor”, sino a abrir los ojos, respirar
profundamente, estirarte con cuidado -recuerda que estás “frío”- y sentarte tras uno o dos minutos
de haber abierto los ojos.
Ya sentado, tómate otros dos tres minutos para “espabilarte” y cuando pone de pie “sin correr”; ¿qué sucede comúnmente? Que cuando suena el
despertador, “corremos” a “apagarlo” es como si sonara el disparo de “en-sus-marcas-listos-fuera: empezamos a cabalgar
contrarreloj. Hay que eliminar esa parte. De ser necesario, pon tu despertador
cinco minutos ante de la hora acostumbrada.
2.- Hay quienes “despiertan”
con un buen baño de agua fresca o tibia. Esto ayudará a la circulación, más si
te tomas el tiempo suficiente para relajarte mientras te duchas. Si prefieres
una taza de café, recuerda
que pasan unos 20 minutos antes de que “funcione” el aditivo. Si mientras tanto lees algo motivador, la
combinación será casi perfecta.
3.- Quizás sea inevitable que, con la “conciencia” ya de estar completamente
despierto, algunos de los “pendientes”
vengan a tu mente; identifica bien cuáles de esos pensamientos te generan
emociones como preocupación, ansiedad, inquietud, incomodidad. En ese momento
no los resolverás ¿estás de acuerdo? Míralos como si fueran objetos, como si
fueran nubes que están pasando por tu mente. Piensa sólo una cosa: uno por uno
y todo a su tiempo. Paso a paso. Estas tres pequeñas cosas, reducirán su carga
negativa.
4.- ¿Tienes música que te inspire o te relaje? Mientras te
arreglas o tomas el “resto” del té o café, ponla y hazla parte de la
atmósfera; esto hará que tu mente se relaje aún más y vaya llenándose de
positividad.
5.- Puede resultar incluso “raro” para algunas personas, pero sentir ciertos aromas puede
ayudar a que la mente se relaje; por ejemplo, una flor. Si en tu jardín tienes
alguna, pues tómala y aspira lentamente. ¡hey, no la pegues tanto a tu nariz!
Sólo lo suficiente para que puedas sentir su amora.
El mayor beneficio de todas estas acciones es confiar en lo
positivo que traen; están probadas, muchos incluso las hacemos sin reparar en
ellas; por eso, la clave hoy será ser mucho más conscientes de lo que
realizamos en el momento en que lo hacemos y pensar algo: es únicamente por
nuestro bien, para que nos vaya mejor.
Lo demás, llegará
“caminando” ¡Mucho éxito!
No hay comentarios:
Publicar un comentario