viernes, 10 de marzo de 2017

Un cerebro veloz


¿Tú eres de los que practicas deporte extremo o de alto rendimiento? ¿O acaso eres un atleta que está en busca de aprender inglés porque una de sus metas es entrenar en el extranjero o ‘aplicar’ para una Universidad en Estados Unidos donde puedas desarrollar mejor tus técnicas deportivas?

Bueno, si no eres ni uno ni otro, eso no quiere decir que este post no te interese; lo que te voy a contar puede ser que lo sepas si eres atleta, pero tampoco sería raro que no lo supieras y que, sin embargo, utilizaras ese conocimiento sin darte cuenta.

Imagina lo siguiente (seas o no un competidor de alto rendimiento o de deporte extremo): estás en lo más importante de la competencia, por ejemplo, un salto difícil, pero es un asunto contrarreloj y, más allá de tu técnica y conocimiento, tienes que pensar rápido porque surgió un inconveniente.

Demos más pistas: estás en la plataforma de 10 metros de clavados, a punto de tirarte en parado de manos y tu muñeca comienza a falsear; debes encontrar una solución. No pongamos que está permitido o no, simplemente debes cambiar el clavado que te dé más o menos la misma puntuación.

Tu mente tiene que trabajar en segundos y piensas en qué puedes ejecutar. Lo haces y ¡te sale bien!

No pienses que esto es solamente otra de la casualidad o del trabajo intenso que has hecho en materia de entrenamiento; resulta que también llevas un apoyo psicológico y que estás preparado para manejar situaciones de cambio inesperados, de riesgo, y de decidir rápidamente.

Bien, pero no es lo único, y de eso te quiero hablar: ¿sabías que la mente de los deportistas va mucho más rápido que la de una persona común y corriente? No me refiero sólo a los atletas que corren o a los pilotos de autos de carrera, o a los ciclistas del velódromo… No, no, no, me refiero a los atletas hechos y derechos.

Recientemente leí un post que me dejó boquiabierto: la velocidad de trabajo del cerebro de un atleta de élite no es 10, ni 20, ni siquiera 50 por ciento más rápido que la tuya… ¡es 82 por ciento más veloz!

¡Es una diferencia abismal!

¿Y supongo que crees que queremos hacerte sentir mal? ¡Para nada! Esto es una cuestión de motivación: ellos pueden hacerlo y, por tanto, quien se lo proponga ¡puede lograrlo! ¿no crees?

Además, si usamos la lógica sabremos que una personas que desarrolla una actividad física constante tendrá mejor rendimiento mental que una que no lo tiene; entonces, lo que te estamos diciendo a ti es que es posible que tú desarrolles mayor velocidad en tu mente.

Según la página de Salud 180, la investigación de donde se extrajeron estos asombrosos datos la realizó Dunlop Tyres en conjunto con la Universidad College de Londres; establece que los atletas que realizan esfuerzos físicos extremos tienen un área del cerebro más desarrollado”.

El autor del estudio, Vicente Walsh, afirma lo que decíamos al principio: los atletas tienen la capacidad de tomar una decisión difícil en poco tiempo, y con resultados exitosos.

También, como decíamos, esto no quiere decir que uno no puede lograr mejor desempeño mental si no es un corredor de velocidad, porque desarrollar la mente rápida, veloz, no sólo es una cuestión de oxigenación, sino de entrenamiento, preparación, concentración, todo esto que también los atletas tienen ¿o no me vas a decir que nunca has visto al clavadista antes de lanzarse?


Entonces, de lo que se trata es de que tomemos siempre lo mejor de cada experto, de cada una de las personas que saben cómo hacer algo, para que también nosotros podamos hacerlo bien.

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